Entradas

Mostrando entradas de enero, 2008

Olvido, dueño de la mala cabeza.

Por lo menos me acuerdo de lo que voy a hablar. El caso es que a mí se me olvidan las cosas. Las accesorias y las de "clase media". Espero que la enfermedad no vaya a más y algún día se me olvide cómo me llamo, o donde vivo, o a qué dedico el tiempo libre. Examen de conciencia, penitencia y propósito de enmienda son las tareas que tengo encomendadas. Pongo hoy mismo, una vela a Dios y otra al Diablo para que me guien por la senda del orden y de la disciplina. Debe ser cuestión del gusto por la improvisación, que me fascina. Debe ser. Luchar contra los defectos es tarea árdua. ¿Quién sabe los trastos que descansan por los rincones, recovecos y puntos muertos de mi memoria? ¡Qué extraña estancia! Puede haber de todo. Quizá en algún sueño extraño pueda yo regresar a ese zaquizamí en penumbra para rescatar lo que merezca la pena. ¿Me atreveré a cruzar el umbral de la puerta? La imaginación me lleva por un pasillo incierto que mi recuerdo, a duras penas, retiene en su conciencia.

Gallono o Bonardón.

Imagen
Los dos con su camisita y su canesú. El "huno" con cara de bueno, de Albacete, verbo fácil y falsete. El otro, gesto hosco, cejón, llanto facilón, cara de empollón, Gallardón. Cada uno asomado a la ventana lateral de su partido, se dan la mano. Hacen juegos malabares con las ideas del populacho, y para meterse en el bolsillo a la "creme" de la masa, no dudan en hacer un sondeo por los gustos y disgustos, costumbres, vícios e inercias del pueblo llano. Bono, bueno, salpimenta las tardes de la televisión de Castilla la Mancha con calderetas, romerías, concursos de tortillas y demás eventos culturales de primerísima línea. El gallardo caballero de la villa y Corte, de vez en cuando, hace de tripas corazón y esboza una mueca que recuerda a la imagen de la sonrisa. Le compadezco en este esfuerzo, pues debe dolerle tanto la pirueta que más bien parece que en los albores de la alegría le interrumpió un retortijón. Y de oca a oca, qué decirles de mister demagogia. Donde dij

¿Navidad o normalidad?

Han comprado la navidad. Se nos ofrece un producto, una cadencia cíclica, una inercia. Se habla del espíritu de la navidad y de eso sólo queda un pequeño soplo esencial. Hay que buscar en sitios recónditos, en lugares olvidados, en las hebras huérfanas del azafrán más cotizado. En una sociedad henchida de material, donde sólo se aprecia lo que se toca, todo es paja con etiqueta de fiesta, sólo un nombre vulgar, un concepto equivocado. Existe el preciado grano, buscando la semilla en un silo atestado de virutas falsas; y merece la pena perder todo el tiempo del mundo en encontrarlo, en volver a vivirlo. Aquella sensación de niño que nos traslada al universo de la fantasía. Mira bien. Cuando el rumor de la muchedumbre es susurro. Cuando apenas luce una tenue luz olvidada, siempre que un escalofrío te avise de que te ha atravesado una energía amable. Ahí anida lo que, en épocas pasadas, brillaba en estas fechas. Aquellas noches donde las gentes cantaban alrededor de la hoguera, cuando la